Una introducción: el proceso de la conquista española en América

                                                    La conquista de América

La conquista de América es un hecho más del proceso de exploración iniciado a principios del siglo XV, por portugueses y castellanos primero, y andaluces luego. Dicho proceso histórico, denominado expansión atlántica, puede analizarse desde  dos puntos de vista: la expansión comercial y la expansión territorial.  Desde la época de las cruzadas, se desarrolló en el mediterráneo oriental, un comercio activo  con el lejano oriente.  La creciente presión ejercida por los turcos en esa zona del mediterráneo incitó a los comerciantes a  acercarse a las costas de España primero, e intentar comerciar  con el mar del norte luego. Este desplazamiento de actividades significó que españoles y portugueses participaran cada vez más en este tráfico junto con  los comerciantes italianos. La raíz de dicha expansión, se halla en la naturaleza de la economía  tardo- medieval europea. El desarrollo de estructural estatales  que van en camino del absolutismo real, genera un creciente consumo de artículos de lujo utilizados como símbolo de poder  o para mejorar la calidad de vida de una realeza cada vez más poderosa  y menos rustica.

El incremento de la importancia del comercio, la necesidad de especias y artículos de lujo, la imposibilidad de intercambiarlos  por productos europeos  y su consiguiente  necesidad de obtener metálico, llevaron  a los reinos ibéricos  a explorar el atlántico  en búsqueda de un camino directo con oriente  y con las fuentes de oro africanas.

La expansión territorial de la península ibérica, se inició con la recuperación de  la región ocupada por los moros. Cuando los límites de la expansión interna fueron alcanzados,  las fuerzas dinámicas de la sociedad medieval  comenzaron a buscar  nuevas fronteras en los mares, lo cual dio impulso al movimiento expansionista  del siglo XV.

El conquistador español se había forjado en la lucha contra el Islam, y también en la idea de que por medio de su arrojo  en la guerra podía conseguir honra y riquezas. Para el español, América se convirtió en gran medida, en la continuación de la guerra  contra el infiel en otras tierras.

El proceso de la conquista se hallaba dirigido y regulado por la corona, la hueste conquistadora  y las órdenes religiosas, pero también por el conquistador individual. La conjunción del interés público y privado, más la empresa santa   el comercio, son características  de la reconquista peninsular y la conquista de América. Conquistar también era saquear, colonizar, invadir, avanzar y evangelizar. En este sentido, la empresa de Colón  sigue la   tradición de la relación entre la corona y los jefes de la expedición.la empresa de la conquista de América, estará profundamente signada por el carácter de la mentalidad señorial del conquistador, una mentalidad marcada por los aspectos  de la sociedad tardía medieval europea. La búsqueda de riquezas y de prestigio social, llevará a que la conquista del nuevo mundo sea realizada por aquellos hidalgos “segundones”, que le darán  a la conquista  las características de una empresa privada.

En este proceso de conquista, se reconocen dos modos complementarios que concretan la dominación de los pueblos originarios americanos: la conquista militar y la espiritual.

Luego de una primera etapa de conquista insular rápida y cuyos efectos fueron de gran extermino de la población nativa, los españoles se lanzan a tierra firme: el derrumbe de Technotitlán y Cuzco  son ejemplos del choque de dos mundos dispares e incomunicables entre sí.  El gran interrogante es siempre porque un puñado de 200 y 300  lograron  la victoria frente a  una población muy superior. Las respuestas son variadas  e incluyen el factor del armamento, la movilidad de los caballos, o aquellas que apelan a las  profecías sobre la venida de antiguos dioses. La conquista de América y le rápido derrocamiento de los imperios azteca e inca no son inexplicables, aunque sí, complejas.

 Se ha destacado especialmente el hecho que la estructura gubernamental de estos imperios estaba muy centralizada, es decir, dependía en gran medida del cacique, y, al caer este, la sociedad se revelaba incapaz de reaccionar efectivamente. De hecho, la conquista de México y la conquista de Perú, se deben por un lado  a la capacidad estratégica de Cortes que  establece alianzas con los pueblos enemigos de los aztecas  y  por el otro, a  la astucia de Pizarro que aprovecha la guerra de sucesión en el imperio incaico.

La consolidación de la conquista comenzó a ser efectiva cuando  a la etapa militar siguió la conquista espiritual. Esta, forma parte integrante de la dominación colonial y  el proceso de cristianización del indio americano, estuvo ligado a las necesidades de justificar la expansión imperial europea. En este sentido, La iglesia, depositaria de la única verdad, la verdad de Cristo, divulgó a través del misionero la “verdad salvadora”. Este, imbuido de la fuerza que otorga la fe pero ejecutando políticas de aquellos siglos, buscó la conversión del indio al catolicismo por encima de sus antiguas creencias y puso en marcha la política de extirpación de idolatrías , fenómeno paradigmático de la colonización de América. Y,   en una etapa posterior, planteadas como espacio  de supervivencia para la disminuida población indígena, las congregaciones y reducciones de indios, a cargo de las diversas órdenes, contribuyeron finalmente  al disciplinamiento fiscal, y laboral de la población nativa. Esta presencia activa de afianzamiento de la política colonial, consolida la dominación efectiva de la corona hacia los pueblos  americanos.